A un entorno histórico fabulosamente conservado, esta vieja posada medieval añade, entre otros detalles, una peculiar bodega y una pequeña capilla donde los clientes rezaban, antaño, cuando las iglesias del lugar se encontraban cerradas. Ofrece, además, la posibilidad de disfrutar de cenas dramatizadas para hacer de la ocasión, una experiencia única.
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