Como viene siendo habitual en mí, me siento inclinado hacia productos y marcas de prestigio cuyos estándares de calidad resultan indiscutibles. Es por este motivo por el que, más allá de su aroma y sabor, me considero un verdadero amante del whisky escocés y, en especial, de los single malt. Estos son, sin duda, una excelente garantía a la hora de acercarse a este tan preciado destilado. De la misma forma, no puedo evitar sentirme atraído hacia marcas de prestigio que ofrecen, en cada una de sus notas, la pasión y respeto hacia su propia historia y tradición. Este es el caso de The Macallan®: una selecta marca que cumple las premisas que, para mí, resultan vitales a la hora de decantarme por un whisky: que sea escocés, preferiblemente un single malt, y haya sido elaborado por una de las más prestigiosas destilerías que hoy en día podemos encontrar. Y de entre todas las expresiones que la casa The Macallan® nos ofrece, que no son pocas, hemos elegido para la ocasión una de sus etiquetas más selectas: The Macallan® Estate. De ella pudimos disfrutar durante nuestra estancia en el Gran Hotel La Perla a lo largo de nuestra visita a Pamplona, la capital navarra.